Una corrala tiene un patio central de dimensiones importantes y una galería que
sirve para dar acceso a distintas viviendas. En principio, la fachada exterior
no muestra la verdadera distribución interior, por lo que a simple vista puede
pasar desapercibida a los ojos del viandante.
Dependiendo de la forma
del corredor se establecerán distintas tipologías de corralas: en galería, dos
galerías, en C y en anillo, que es la más antigua. La mayoría de las
corralas tienen su origen en los edificios conventuales.
En general, todas las
viviendas son de pequeñas dimensiones, entre 20 y 40 metros, aunque las
viviendas que dan a la calle suelen ser de mayor tamaño.
La vivienda corredor se define como una tipología
habitacional en altura donde el acceso
se produce a través de un pasillo (o corredor) exterior. Esta distribución, tan
básica, altera el orden entre lo público
y lo privado que convencionalmente se da en las viviendas en altura, que se
abren a una calle o patio, pero donde nadie puede pasar ante la ventana de nuestra
casa. El hecho de que la vivienda se comunique directamente con un pasillo de acceso público repercute de
diferentes modos en la manera de habitar, y especialmente en el sentido de
comunidad que se genera en estas tipologías.
La construcción está absolutamente fijada por unas reglas de
sostenibilidad, llamaríamos hoy, que funcionan a la perfección:
La inercia térmica de unos muros gruesos, la transpirabilidad
de los materiales que hacen que la vivienda respire o la existencia de un patio
interior que guarda el frescor en verano son algunos de los ejemplos.
22 viviendas públicas en el Rastro, Madrid
Primer Premio concurso
Mención premio VIII ASPRIMA
Premio vpo IX BEAUX 2011
Finalista premio ENOR 2011
Dirección
Plaza del general vara de rey, 12. madrid
Concurso/obra
2005/2010
Promotor
emvs, Ayuntamiento de madrid
Autores
alberola martorell y Luis Díaz- Mauriño
El
solar —en el centro más castizo de madrid—pertenece a una manzana en donde
todos los antiguos edificios ya han desaparecido y las corralas —entendidas
como lugares de relación vecinal— se han sustituido por estrictos patios de
luces. Algo parecido ha ocurrido al exterior donde el balcón habitual de la
ciudad ahora es una simple ventana. Aquí es donde el proyecto tiene su
oportunidad.
Un cuerpo hacia la calle, de viviendas pasantes, resolvía de
manera sencilla el programa pedido, así que decidimos hacer algo más. La
precisa colocación de la escalera y el ascensor nos permitió la doma geométrica
no ortogonal del solar y posibilitaba la recuperación de un área común
interior. A su vez pudimos ampliar el programa de viviendas e
instalaciones generales con las dos piezas traseras, a modo de mochilas, que
entre ellas extendían, esta vez en altura, los espacios vecinales. En la plaza
los balcones crecen y se aprietan unos contra otros, como en un día de rastro,
hasta llenar el edificio.